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Francisco Echeandía: El teatro hoy
Chiclayo, 1 de mayo de 2020
No sé si este texto lo estoy escribiendo cuerdo o es que ya no soy consciente de la realidad. Estos días vivimos un mundo surrealista. Algo que solo podría haber estado en nuestras mentes, algo que no pensábamos vivir. Tanto así que cuando llegaron las primeras noticias yo era escéptico. Esta desconfianza que nace a partir de no tener televisor para no ser manipulado por los medios.
Estos días de encierro hacen que uno se encuentre con uno mismo y repiense cuál es el impulso que te hace hacer lo que haces. Yo encontré el teatro de casualidad. No lo conocí desde el espectáculo, lo conocí desde el lado humano, me hizo conocerme y sobretodo aceptar mis defectos y virtudes, me hizo sentir vivo. Luego, con el tiempo, lo conocí más, encontré las puestas en escena donde percibía ese mágico mundo paralelo que fascina. El teatro ya me había atrapado. Dicen que uno no sigue al teatro, el teatro lo sigue a uno. Hoy por hoy veo el teatro, puesta en escena o taller, como un lugar para verte a ti mismo.
El teatro está en crisis. Siempre estuvo en crisis. Es de las crisis que se alimenta el arte. Hoy los teatros están cerrados. Y como sabemos el teatro es un espacio de encuentro. Es un espacio donde compartimos una experiencia viva, aquí y ahora, desde más de dos mil quinientos años. Quiero pensar entonces que el teatro se está tomando un tiempo.
Algunos son pesimistas y otros optimistas. Me quiero quedar con los optimistas; sin embargo, en un mismo día se puede pasar por ambos estados. Toca pensar en aprovechar el tiempo, estructurar y desarrollar proyectos, aprovechar en escribir. Desde mi experiencia con la dramaturgia, busco que cada nuevo texto sea mejor que el anterior, hasta llegar a la madurez en la escritura dramática. Estamos haciendo las lecturas y el estudio de mesa de un texto en proceso vía videollamadas grupales, por WhatsApp o zoom. En qué terminarán estos ensayos. Esperemos que en una puesta en escena, de lo contrario nos veremos forzados a realizar teatro grabado, quizá reduciendo la expresividad corporal para lograr una expresividad acorde a la cámara. Esto no es cine, esto no es teatro, es video. El teatro tiene su propio lenguaje. Pero es una forma de acercar nuestro trabajo a la sociedad. No sabemos cuándo terminará el confinamiento. El panorama es incierto. Todas las profesiones y oficios estamos pasando por el mismo momento. Tenemos que pensar que todo esto pasará.
El teatro independiente a nivel nacional está unido. Los grupos, compañías y teatristas están trabajando a partir del Movimiento de Grupos de Teatro Independientes del Perú para que el gobierno se pronuncie respecto a las medidas en beneficio de las actividades teatrales y culturales en el país. Solo esperamos que se pronuncie pronto.
Siempre se escucha que el arte no es prioridad para el ser humano. No es comida, no es techo y no es ropa, pero en estos días en que las personas buscan darle sentido a su vida, encontrar esperanza y llenar su corazón, lo que más han consumido, y quizá sin darse cuenta, es Arte.
Para cerrar: Es importante que el ciudadano se interese e investigue las causas de nuestra situación actual. Es importante que cada uno se pregunte: ¿Queremos realmente esto?
Estos días de encierro hacen que uno se encuentre con uno mismo y repiense cuál es el impulso que te hace hacer lo que haces. Yo encontré el teatro de casualidad. No lo conocí desde el espectáculo, lo conocí desde el lado humano, me hizo conocerme y sobretodo aceptar mis defectos y virtudes, me hizo sentir vivo. Luego, con el tiempo, lo conocí más, encontré las puestas en escena donde percibía ese mágico mundo paralelo que fascina. El teatro ya me había atrapado. Dicen que uno no sigue al teatro, el teatro lo sigue a uno. Hoy por hoy veo el teatro, puesta en escena o taller, como un lugar para verte a ti mismo.
El teatro está en crisis. Siempre estuvo en crisis. Es de las crisis que se alimenta el arte. Hoy los teatros están cerrados. Y como sabemos el teatro es un espacio de encuentro. Es un espacio donde compartimos una experiencia viva, aquí y ahora, desde más de dos mil quinientos años. Quiero pensar entonces que el teatro se está tomando un tiempo.
Algunos son pesimistas y otros optimistas. Me quiero quedar con los optimistas; sin embargo, en un mismo día se puede pasar por ambos estados. Toca pensar en aprovechar el tiempo, estructurar y desarrollar proyectos, aprovechar en escribir. Desde mi experiencia con la dramaturgia, busco que cada nuevo texto sea mejor que el anterior, hasta llegar a la madurez en la escritura dramática. Estamos haciendo las lecturas y el estudio de mesa de un texto en proceso vía videollamadas grupales, por WhatsApp o zoom. En qué terminarán estos ensayos. Esperemos que en una puesta en escena, de lo contrario nos veremos forzados a realizar teatro grabado, quizá reduciendo la expresividad corporal para lograr una expresividad acorde a la cámara. Esto no es cine, esto no es teatro, es video. El teatro tiene su propio lenguaje. Pero es una forma de acercar nuestro trabajo a la sociedad. No sabemos cuándo terminará el confinamiento. El panorama es incierto. Todas las profesiones y oficios estamos pasando por el mismo momento. Tenemos que pensar que todo esto pasará.
El teatro independiente a nivel nacional está unido. Los grupos, compañías y teatristas están trabajando a partir del Movimiento de Grupos de Teatro Independientes del Perú para que el gobierno se pronuncie respecto a las medidas en beneficio de las actividades teatrales y culturales en el país. Solo esperamos que se pronuncie pronto.
Siempre se escucha que el arte no es prioridad para el ser humano. No es comida, no es techo y no es ropa, pero en estos días en que las personas buscan darle sentido a su vida, encontrar esperanza y llenar su corazón, lo que más han consumido, y quizá sin darse cuenta, es Arte.
Para cerrar: Es importante que el ciudadano se interese e investigue las causas de nuestra situación actual. Es importante que cada uno se pregunte: ¿Queremos realmente esto?
Sobre Francisco Echeandía Cevallos
Graduado en la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Con estudios de Magíster en Dirección Teatral en la Universidad de Chile. Es autor y director de Diez minutos y De paso. Coautor y director de Carolina. Director de Ojos bonitos, cuadros feos, El otro deseo, Jardín de colores, Electra, Zaña 1720, Canto rodado, El pez de oro, entre otros. Actualmente es guía en el Estudio de Actuación Cussia y director de Casa Teatro Cussia.
Graduado en la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Con estudios de Magíster en Dirección Teatral en la Universidad de Chile. Es autor y director de Diez minutos y De paso. Coautor y director de Carolina. Director de Ojos bonitos, cuadros feos, El otro deseo, Jardín de colores, Electra, Zaña 1720, Canto rodado, El pez de oro, entre otros. Actualmente es guía en el Estudio de Actuación Cussia y director de Casa Teatro Cussia.
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