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Stanley Vega: El virus covid-19 o la muerte a flor de piel
Chiclayo, 22 de junio de 2020
Jamás pensé que un bendito virus pudiera aparecer frente a nuestras narices y que al cabo de unos días el gobierno nos obligue a permanecer encerrados. Con toque de queda incluido y patrulleros ululando durante las primeras semanas de cuarentena. Luego se fueron ausentando. Muchos policías terminaron infectados. El incesante llanto de las ambulancias atraviesa la avenida cercana. Seguro llevan otra cifra moribunda, o ya fenecida, me decía y sigo diciendo cada noche.
No es que me considere alguien especial, pero hasta el día de hoy el miedo a la COVID-19 no se ha metido en mi mente ni en mi cuerpo. Sea cual fuere su origen: un virus creado o parte de una conspiración. Da lo mismo. El único temor que podría tener es el que mi madre de 65 años y con tres ataques cerebrovasculares encima se convierta en otra de sus víctimas y ni siquiera pueda verla partir en un sepelio normal. Pero ella siempre ha sido recia y ha dado muestras de tener un espíritu guerrero. Allí está su sonrisa y su silencio.
Si alguna vez Gisela Valcárcel tuvo un programa exitoso al mediodía, ahora tenemos a un presidente dando mensajes a la nación que imagino millones de peruanos lo ven. Hablando con seriedad y desconcierto la manera en que el puto virus se iba portando con los peruanos. De la miserable situación en que nos ha encontrado la pandemia. Con un Ministerio de Salud paupérrimo e inútil. Con un estado endeble y corrupto hasta la médula. Al principio estaba al tanto de los mensajes, de las estadísticas cotidianas, pero con el paso del tiempo dejó de interesarme.
Actualmente, mientras escribo esto hay 199 696 casos confirmados y 5571 fallecidos en todo el país. Y aquí, en nuestra región, el último reporte oficial fue de 9910 casos positivos y 689 defunciones.
Más allá de mis temores, lo cierto es que el virus es una realidad insoslayable. Deambula junto a nosotros. Es un poderoso e invisible enemigo. Un demonio microscópico que se multiplica sin misericordia, como una otredad despreciable, insulsa. Hace dos meses murió un vecino al cual no conocí. Luego han aparecido noticias fúnebres de algún familiar de amistades y conocidos.
No es que me considere alguien especial, pero hasta el día de hoy el miedo a la COVID-19 no se ha metido en mi mente ni en mi cuerpo. Sea cual fuere su origen: un virus creado o parte de una conspiración. Da lo mismo. El único temor que podría tener es el que mi madre de 65 años y con tres ataques cerebrovasculares encima se convierta en otra de sus víctimas y ni siquiera pueda verla partir en un sepelio normal. Pero ella siempre ha sido recia y ha dado muestras de tener un espíritu guerrero. Allí está su sonrisa y su silencio.
Si alguna vez Gisela Valcárcel tuvo un programa exitoso al mediodía, ahora tenemos a un presidente dando mensajes a la nación que imagino millones de peruanos lo ven. Hablando con seriedad y desconcierto la manera en que el puto virus se iba portando con los peruanos. De la miserable situación en que nos ha encontrado la pandemia. Con un Ministerio de Salud paupérrimo e inútil. Con un estado endeble y corrupto hasta la médula. Al principio estaba al tanto de los mensajes, de las estadísticas cotidianas, pero con el paso del tiempo dejó de interesarme.
Actualmente, mientras escribo esto hay 199 696 casos confirmados y 5571 fallecidos en todo el país. Y aquí, en nuestra región, el último reporte oficial fue de 9910 casos positivos y 689 defunciones.
Más allá de mis temores, lo cierto es que el virus es una realidad insoslayable. Deambula junto a nosotros. Es un poderoso e invisible enemigo. Un demonio microscópico que se multiplica sin misericordia, como una otredad despreciable, insulsa. Hace dos meses murió un vecino al cual no conocí. Luego han aparecido noticias fúnebres de algún familiar de amistades y conocidos.
Eso de los bonos, desde mi propia experiencia y escepticismo, ha sido maniobra para que la corrupción y el robo sigan su rumbo millonario. El MIDIS es otro armatoste ministerial. En casa nadie recibió un solo sol del estado. Ni así existiendo dos carnets de Conadis, el de mi madre y el mío.
El aislamiento en realidad para mí no es novedad. Desde niño lo he estado. Once años sin conocer las calles de la ciudad a causa de quedar postrado en cama por la artritis juvenil. Y luego, esto de la escritura y el oficio de editor, me ha llevado a estar permanentemente en casa. De modo que, pensándolo bien, lo único que me ha venido abrumando durante estos tiempos del coronavirus COVID-19 son las ininterrumpidas noticias que hasta hoy propalan todos los medios de comunicación. Es carroña, enferman. Ah, y el de haber congelado mis actividades, el de no poder producir, trabajar. Hay tres libros listos para la imprenta.
Es por ello que me dediqué a escribir un nuevo libro de poemas, corregir algunos trabajos free lance, ver películas nuevas y abrir las botellas de pisco o ron que llegaban como bendiciones. Sé que de pronto me dirán irresponsable y nada empático, pero con algo había que desahogarse, Señor. Y gracias a Dios, en esta tu viña, papá, hay osados amigos que visitan para saludarnos con un guiño y atravesar la tarde conversando de poesía y otras vidas. Como Ernesto, el Tigre.
El aislamiento en realidad para mí no es novedad. Desde niño lo he estado. Once años sin conocer las calles de la ciudad a causa de quedar postrado en cama por la artritis juvenil. Y luego, esto de la escritura y el oficio de editor, me ha llevado a estar permanentemente en casa. De modo que, pensándolo bien, lo único que me ha venido abrumando durante estos tiempos del coronavirus COVID-19 son las ininterrumpidas noticias que hasta hoy propalan todos los medios de comunicación. Es carroña, enferman. Ah, y el de haber congelado mis actividades, el de no poder producir, trabajar. Hay tres libros listos para la imprenta.
Es por ello que me dediqué a escribir un nuevo libro de poemas, corregir algunos trabajos free lance, ver películas nuevas y abrir las botellas de pisco o ron que llegaban como bendiciones. Sé que de pronto me dirán irresponsable y nada empático, pero con algo había que desahogarse, Señor. Y gracias a Dios, en esta tu viña, papá, hay osados amigos que visitan para saludarnos con un guiño y atravesar la tarde conversando de poesía y otras vidas. Como Ernesto, el Tigre.
Stanley Vega
Nació en Santa Cruz, Cajamarca (Perú), pero reside desde pequeño en Chiclayo. Licenciado en Educación. Durante varios años colaboró para el suplemento Dominical del diario La Industria de Chiclayo. Ha publicado Inútil Inventario (2001), Soliloquio de las Hojas (2003) y Danza Finita (2009), el cual obtuvo el primer puesto en los I Juegos Florales de la Universidad Agraria La Molina el 2006. También ha obtenido el Primer Puesto en el IV Concurso de Cuento organizado por El Cultural, Centro Peruano Americano de Trujillo. Sus textos poéticos han sido publicados en las antologías Poesía Perú S. XXI 60 Poetas Contemporáneos (Fundación Yacana, Lima 2007) y 2 + No antología No Contemporánea de los Poetas Amigos (Estanoesunaputaeditorial, Lima 2008). Ha sido invitado a varios eventos literarios entre los cuales se puede mencionar el II Festival Internacional de Poesía “El Patio Azul” (Cajamarca, 2003), Coloquio “Nuevas Letras del Perú” (Cusco, 2004), el III Festival Nacional de Poesía “Novísima Verba” (Lima, 2004), II Feria del Libro de Tarapoto (2009), 30 Feria del Libro Ricardo Palma (Lima, 2009). Actualmente dirige y edita la revista de ideas, creación y sociedad Entera Voz y es director del sello editorial Prometeo Desencadenado.
Nació en Santa Cruz, Cajamarca (Perú), pero reside desde pequeño en Chiclayo. Licenciado en Educación. Durante varios años colaboró para el suplemento Dominical del diario La Industria de Chiclayo. Ha publicado Inútil Inventario (2001), Soliloquio de las Hojas (2003) y Danza Finita (2009), el cual obtuvo el primer puesto en los I Juegos Florales de la Universidad Agraria La Molina el 2006. También ha obtenido el Primer Puesto en el IV Concurso de Cuento organizado por El Cultural, Centro Peruano Americano de Trujillo. Sus textos poéticos han sido publicados en las antologías Poesía Perú S. XXI 60 Poetas Contemporáneos (Fundación Yacana, Lima 2007) y 2 + No antología No Contemporánea de los Poetas Amigos (Estanoesunaputaeditorial, Lima 2008). Ha sido invitado a varios eventos literarios entre los cuales se puede mencionar el II Festival Internacional de Poesía “El Patio Azul” (Cajamarca, 2003), Coloquio “Nuevas Letras del Perú” (Cusco, 2004), el III Festival Nacional de Poesía “Novísima Verba” (Lima, 2004), II Feria del Libro de Tarapoto (2009), 30 Feria del Libro Ricardo Palma (Lima, 2009). Actualmente dirige y edita la revista de ideas, creación y sociedad Entera Voz y es director del sello editorial Prometeo Desencadenado.
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