- Quiénes Somos
- Artes Visuales
- Artes Escénicas
- Literatura
-
Secciones
- Cultura vive
- De Propia Vox
- Inusitado fulgor
- Inusitado fulgor: Reseñas
- Directorio cultural
- Barrockeando
- Barranco en Agenda CIX
- Voluntariado en accion
- Agenda CIX: COVID-19
- COVID-19: Demos voz a la esperanza
- #COVIDー19: Eventos
- Testimonios en tiempos del coronavirus
- Trazos en cuarentena
- COVID-19: Múltiples rostros de la incertidumbre >
- COVID-19: Lente en aislamiento
- Silencio Punto Tú
- El PPED está contigo
- Agenda CIX: Elecciones 2018
-
Columnas
- Cultura digital
- Biblioteca digital
- Directorio Digital
- Jota en la palabra
- Los pies entre el cielo y la tierra
- Sublime creatura
- Camara lucida
- Ojos de lagarto
- Enfermedad violeta
- Santo veneno
- De cómo hacer visible lo invisible. Apuntes sobre el teatro
- Tierra de ciegos >
- Linea once
- Mira que bonito
- Fuera de contexto
- Un cronopio me conto
- Todo es ilustrable
- Contacto
PASIÓN DEVASTADORA EN ROMEO Y JULIETA
Por: Ernesto Facho
A Namie, con respeto y afecto
¿Qué? ¿Rumor? ¡Seamos breves entonces! (Cogiendo la daga de Romeo)
¡Oh, daga bienhechora! ¡Esta es tu vaina! (Hiriéndose) ¡Enmohécete aquí y dame
la muerte! (Cae sobre el cadáver de Romeo y muere).
Romeo y Julieta, ACTO V, ESCENA III
¡Oh, daga bienhechora! ¡Esta es tu vaina! (Hiriéndose) ¡Enmohécete aquí y dame
la muerte! (Cae sobre el cadáver de Romeo y muere).
Romeo y Julieta, ACTO V, ESCENA III
EN UN ESTUDIO preliminar sobre Shakespeare, de la Colección Obras completas, Enrique López Castellón afirma que el autor de Sueño de una noche de verano vivió en una época de florecimiento, relativamente tranquila. Allí el Cisne de Avon había abierto sus finísimas alas con la complacencia de mostrar el rostro humano del mundo, así como la suma de nuestras pasiones. El dramaturgo contaba con la protección de Isabel I de Inglaterra, quien había subido al trono para dar un giro en la política, economía y cultura de dicha nación. Sin embargo, ya sea con el fin de crear tensión en su público, o de liberar su tensión misma en muchas de esas obras, nuestro genio apela a la violencia como tópico favorito.
Me interesa, en esta oportunidad, centrarme en la obra Romeo y Julieta. Y hacer algunas cavilaciones respecto a esta tragedia. Para empezar, la historia arranca con una disputa de Sansón y Gregorio, criados de los Capuleto, contra Abrahán y Baltasar, que pertenecen al bando de los Montesco. No se precisa el motivo de la enemistad entre dichas familias, pero basta que los primeros sientan acercarse a sus enemigos para que los provoquen. La afirmación de la violencia se puede corroborar por la voz de Teobaldo, quien se les une luego para ayudar al bando de los Capuleto:
Me interesa, en esta oportunidad, centrarme en la obra Romeo y Julieta. Y hacer algunas cavilaciones respecto a esta tragedia. Para empezar, la historia arranca con una disputa de Sansón y Gregorio, criados de los Capuleto, contra Abrahán y Baltasar, que pertenecen al bando de los Montesco. No se precisa el motivo de la enemistad entre dichas familias, pero basta que los primeros sientan acercarse a sus enemigos para que los provoquen. La afirmación de la violencia se puede corroborar por la voz de Teobaldo, quien se les une luego para ayudar al bando de los Capuleto:
¡Cómo! ¡Espada en mano y hablar de paz! ¡Odio esa palabra, como odio el infierno,
a todos los Montesco y a ti! ¡Defiéndete, cobarde! (Luchan.)
Romeo y Julieta, ACTO I, ESCENA I
a todos los Montesco y a ti! ¡Defiéndete, cobarde! (Luchan.)
Romeo y Julieta, ACTO I, ESCENA I
Asimismo, en Hamlet, otra obra llena de violencia y con más muertes, son asesinados casi todos los personajes principales. Sin embargo, podría decirse que esto se explica dadas las condiciones de la tragedia, donde ya a Shakespeare no se le antoja respetar las unidades aristotélicas de tiempo, espacio y acción, dicho sea de paso. Pero hay otro elemento presente que nos hace sentir su fuego salvaje en las orillas del espíritu y la carne. Me refiero a la pasión sensual, al erotismo desenfrenado. Sin abandonar los mismos acto y escena, tenemos a Sansón mostrándose violento y excitado por el conflicto. Él profiere lo siguiente:
Igual me da. ¡Me mostraré tirano! Cuando me haya batido con los sirvientes, seré cruel con las doncellas. Les voy a cortar la cabeza (…) Sí, la cabeza de las doncellas o su doncellez.
En la escena V, un enamorado Romeo aparece en la fiesta de los Capuleto, buscando ponerse en contacto con otras mujeres para olvidar por fin a Rosalina, su antiguo amor platónico. Allí encuentra a Julieta, tomando de la mano a un caballero. En ese instante, en el primer contacto, Romeo logra besar a la adolescente, pidiéndole que despoje a sus labios de los pecados que lleva consigo. Y se ¿enamoran? Romeo sigue siendo soñador, con una musa distinta, y no se logra vislumbrar en él, durante la trama, una especie de evolución en su personalidad. Caso contrario al de Julieta, quien experimenta por primera vez el amor y se le ve más resuelta y práctica en sus razonamientos. Y no por eso menos erótica.
Después de casarse en secreto, ellos buscan consumar su amor en el lecho de Julieta, para lo cual con sogas han preparado una escala. Mire usted, querido lector, cómo reacciona la jovencísima Julieta de apenas catorce años, al saber que su amor no entrará por la ventana, convertido en la luna que habría de menguar la violenta marea de su vientre núbil.
Igual me da. ¡Me mostraré tirano! Cuando me haya batido con los sirvientes, seré cruel con las doncellas. Les voy a cortar la cabeza (…) Sí, la cabeza de las doncellas o su doncellez.
En la escena V, un enamorado Romeo aparece en la fiesta de los Capuleto, buscando ponerse en contacto con otras mujeres para olvidar por fin a Rosalina, su antiguo amor platónico. Allí encuentra a Julieta, tomando de la mano a un caballero. En ese instante, en el primer contacto, Romeo logra besar a la adolescente, pidiéndole que despoje a sus labios de los pecados que lleva consigo. Y se ¿enamoran? Romeo sigue siendo soñador, con una musa distinta, y no se logra vislumbrar en él, durante la trama, una especie de evolución en su personalidad. Caso contrario al de Julieta, quien experimenta por primera vez el amor y se le ve más resuelta y práctica en sus razonamientos. Y no por eso menos erótica.
Después de casarse en secreto, ellos buscan consumar su amor en el lecho de Julieta, para lo cual con sogas han preparado una escala. Mire usted, querido lector, cómo reacciona la jovencísima Julieta de apenas catorce años, al saber que su amor no entrará por la ventana, convertido en la luna que habría de menguar la violenta marea de su vientre núbil.
¡Pobre escala! Tú y yo hemos sido burladas, pues Romeo está desterrado.
Él te fabricó para que sirvieras de camino a mi lecho; mas yo, virgen, muero
en viudez virginal. Venid, cuerdas; venid, nodriza; iré a mi tálamo nupcial,
y que la muerte, y no Romeo, desflore mi doncellez.
Romeo y Julieta, ACTO III, ESCENA II
Él te fabricó para que sirvieras de camino a mi lecho; mas yo, virgen, muero
en viudez virginal. Venid, cuerdas; venid, nodriza; iré a mi tálamo nupcial,
y que la muerte, y no Romeo, desflore mi doncellez.
Romeo y Julieta, ACTO III, ESCENA II
Otro elemento curioso de esta tragedia es la muy poco verosímil celeridad de la relación. Romeo atraviesa el jardín de Julieta la misma noche en que se conocieron para proponerle boda; al día siguiente, un lunes, se casan y consuman el matrimonio. Luego el amante furtivo huye hacia Mantua por haber asesinado a Teobaldo, primo de Julieta. Ellos mismos denominan a su pasión como un relámpago. Y es que en la más grande historia de amor, dicho sentimiento permanece ausente. En cambio, encontramos odio, venganza, asesinatos, erotismo, racismo, y otras bajas pasiones que son como los corceles de flamígeros pies que menciona Julieta esperando a su señor; ellos no avanzan precisamente hacia la morada de Febo, sino, hacia un barranco de muerte, donde pareciera que la pasión termina siendo un fuego destructor, en cuyas llamas todo se consume y purifica. Y cuando digo todo, me refiero al odio entre los Montesco y los Capuleto. Y cuando digo todo, me refiero también a la pasión misma, y al frágil estuche de los cuerpos, los cuales eran unos focos que no podían soportar, por mucho tiempo, el voltaje de sus propios apetitos carnales.
Ante esto, no es idóneo limitarnos al razonamiento de que la pasión destruye. Shakespeare aquí se revela contra los cánones de la época y protesta contra la inmoralidad de los padres, quienes concertaban los matrimonios de sus hijos; a estos se les amenazaba de muerte si es que no cumplían con el decreto impuesto. Todo ello, obedecía a una serie de intereses económicos, hecho que tampoco queda libre, puesto que también dicho punto queda expuesto a través de los consejos de Lady Capuleto y la Criada de Julieta. Ambas tratan de persuadir a la doncella para que acepte en matrimonio al Conde Paris, el cual resultaba muy ventajoso desde el punto de vista social.
Pero ¿qué hemos encontrado en Shakespeare, qué hay en Romeo y Julieta de inextinguible, qué chispa aún sigue ardiendo hasta nuestros tiempos? La gente acude al arte y se siente vertiginosamente arrastrada por este, si es que en un poema, una canción o un drama encuentra la belleza de su espíritu o la monstruosidad de sus aspectos más terribles. La identificación con el ser humano es lo que vuelve a un arte universal. Y aquí, el gran Renovador del teatro inglés, con un sublime bisturí logró penetrar en el alma de todos los hombres y extraer lo más esencial de sus naturalezas, en diversos matices. Por eso volvemos a Shakespeare. Por la fuerza y la genialidad con que nos pinta un espejo desgarrador y hermoso, por la palpitación agradable de sentirse retratado tanto en el amante furtivo, como en el celoso, o en esa mente que duda y sigue errante en sus cavilaciones.
En conclusión: A Shakespeare lo buscamos porque nos conocía hace, exactamente, 452 años. Recomiendo, pues, su lectura.
Chiclayo, 28 de enero de 2015
Ante esto, no es idóneo limitarnos al razonamiento de que la pasión destruye. Shakespeare aquí se revela contra los cánones de la época y protesta contra la inmoralidad de los padres, quienes concertaban los matrimonios de sus hijos; a estos se les amenazaba de muerte si es que no cumplían con el decreto impuesto. Todo ello, obedecía a una serie de intereses económicos, hecho que tampoco queda libre, puesto que también dicho punto queda expuesto a través de los consejos de Lady Capuleto y la Criada de Julieta. Ambas tratan de persuadir a la doncella para que acepte en matrimonio al Conde Paris, el cual resultaba muy ventajoso desde el punto de vista social.
Pero ¿qué hemos encontrado en Shakespeare, qué hay en Romeo y Julieta de inextinguible, qué chispa aún sigue ardiendo hasta nuestros tiempos? La gente acude al arte y se siente vertiginosamente arrastrada por este, si es que en un poema, una canción o un drama encuentra la belleza de su espíritu o la monstruosidad de sus aspectos más terribles. La identificación con el ser humano es lo que vuelve a un arte universal. Y aquí, el gran Renovador del teatro inglés, con un sublime bisturí logró penetrar en el alma de todos los hombres y extraer lo más esencial de sus naturalezas, en diversos matices. Por eso volvemos a Shakespeare. Por la fuerza y la genialidad con que nos pinta un espejo desgarrador y hermoso, por la palpitación agradable de sentirse retratado tanto en el amante furtivo, como en el celoso, o en esa mente que duda y sigue errante en sus cavilaciones.
En conclusión: A Shakespeare lo buscamos porque nos conocía hace, exactamente, 452 años. Recomiendo, pues, su lectura.
Chiclayo, 28 de enero de 2015