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Mario Montalbetti: "La poesía me interesa en cuanto hace cosas con el lenguaje"
Por: Katherine Medina
¿Cómo se conjuga el Mario Montalbetti lingüista y el poeta?
No hay mucha diferencia, por una razón, y es que a mí realmente la literatura no me interesa. Me interesa lo que se hace con el lenguaje, quién hace las cosas más interesantes con el lenguaje es el poema. La poesía me interesa en cuanto hace cosas con el lenguaje y al lingüista lo que le interesa es lo mismo, el lenguaje que estamos construyendo, entonces si bien en un inicio había una diferencia entre el lingüista y el poeta, cada vez se está borrando más. Cajas es un buen punto, he sido acusado por los lingüistas que eso es poesía y por los poetas de que eso es lingüística y justamente creo que no hay mucha diferencia, a mí me interesan los hechos del lenguaje.
A propósito de Cajas. Es un libro inclasificable, entre ensayo sobre el lenguaje y poema. ¿Cree que el lenguaje es nuestra única defensa?
Sí. ¿Ante qué? Ese es el asunto. Para decirlo directamente, ante el sistema capitalista contable en el que estamos, que además es un sistema que cree que el lenguaje debe estar sometido por la economía, es decir no hay nada más importante que la economía. Y esa es una estupidez, a los economistas les gusta decir esto: “La economía no pasa por la ideología”. La economía es autónoma, hay ciertas leyes, etcétera, y creo que eso nosotros deberíamos sojuzgar, someter a la economía con el lenguaje. En ese sentido, hay un trabajo muy importante que hacer con el lenguaje, no porque creamos que el poema se sitúa fuera del sistema; no, porque ese es un sistema tan bueno que no tiene acuerdo, por lo tanto el capitalismo está hasta en el papel que imprimimos el poema, en la página web en la que colgamos nuestros textos, etcétera, por eso lo que hay que hacer es frente a ese sistema, que es un máquina de crear desigualdades, creo yo. El poema debe construir una desigualdad mayor y esa desigualdad mayor es la de someter la economía al yugo del lenguaje. Sin utopía no se puede hacer fiesta, ya lo veremos, pero creo que si tu sitúas el poema en el siglo XXI tienes que conversar sobre estas cosas y no ser una especie de tonto del lenguaje, porque lo que está ocurriendo, y que engancha con esta cuestión que hemos discutido antes, es lo de compañeros poetas que ahora se están convirtiendo en narradores, ¿no es cierto?, esto es un síntoma de lo que está sucediendo y se trataría básicamente de que ellos tratan de acomodarse al sistema. Creo que si algo es el poema, es la cosa más incómoda que debe existir, aún dentro de él.
¿Entonces la poesía es un discurso marginal?
Bueno, lo es, mejor dicho es un discurso marginalizado por el sistema, es una especie de adorno, tú lo ves en estos festivales, dicen bueno que los poetas también lean algo, ¿pero quién habla con Random House? ¿quién habla con las grandes editoriales? Los narradores, ahí está la plata, la plata no está en los poetas. Entonces ese discurso ha sido marginalizado, y está bien, eso me parece excelente porque desde los márgenes se puede hacer bastante más que simplemente yendo a los coctelitos.
¿Concibe a la poesía como la aprensión del presente o como una potencialidad?
¡Uf! Primero hay que distinguir entre poesía y poema. A mí no me gusta hablar de la poesía salvo de una manera muy genérica, pongámonos de acuerdo, hablemos de estos objetos extraños que construimos y que son hechos del lenguaje. Potencialidad en el sentido de que los poemas deben entenderse como estructuras de sentido más que de significación, estructuras que se mueven, que llevan a un cierto lugar. Una de las cosas que se ha perdido en el poema por ejemplo es todo aquello que es continuo para el lenguaje. El lenguaje de la narración, el lenguaje en general más aburrido es un lenguaje que cree en palabras, en cosas discontinuas, en cortes, etcétera y no en ritmos, no en movimientos, no en direcciones, que es con lo que trabajan los otros poetas, entonces, potencialidad en el sentido en cosa que se mueve, cuerpo que se mueve, ¿hacia dónde se mueve? no lo sé, no me interesa mucho, cada cual verá hacia dónde va, pero este movimiento es lo más interesante y es algo que traté de rescatar cuando analicé el poema de Blanca Varela.
¿Qué es lo que lo distancia de los poetas de su generación, si tal cosa existe?
La generación es una especie de comodidad para hablar de los críticos, los 60, 70, los esto, los post de esto. Lo más importante es que la gente escriba buenos poemas. Qué me distancia, en realidad poco, me une un montón de cosas, a pesar de que…. ¿Quiénes son los poetas de mi generación? Aquellos con los que me siento más afín, con Roger Santiváñez, sé que no podemos escribir de manera más distinta pero entiendo qué es lo que quiere hacer y creo que él entiende lo que yo quiero hacer y creo que estamos en el mismo bote ¿y sabes con quién? con Oswaldo Chanove, que publicó El héroe muy cerca del año que publiqué Perro negro y con él he sentido, a pesar de que no lo conozco -entre paréntesis porque voy comer con él a la noche y es la primera vez que lo voy a ver en persona pero nos hemos escrito con él por mail y etcétera- y es una persona a la que he leído siempre y he seguido porque creo que él ha sido a su manera y paralelamente un compañero de viaje porque en el fondo tenemos preocupaciones muy parecidas y cada uno las soluciona como puede.
Entonces sería interesante apuntar dentro de lo conscientemente, cuál es su proyecto en la poesía
No sé si tengo un proyecto. Los poemas son cosas que hago constantemente y que tratan de compensar, y siempre ha sido así, mi disgusto frente a cosas que pasan en la realidad, entonces uno escribe poemas (al menos yo los escribo así) en contrapeso a cosas que no me gustan. No tengo un proyecto sustancial más allá de esto, de pequeñas conversaciones frente a disgustos, nuevamente regresando a tu punto de el lenguaje como defensa en contra de todo aquello que nos ocurre, desde cuestiones sentimentales, desagravios emocionales, hasta cuestiones económicas, políticas culturales, porque cada vez las cosas que nos disgustan son más.
Entrevista publicada en Agenda CIX el 22 de diciembre de 2016.
No hay mucha diferencia, por una razón, y es que a mí realmente la literatura no me interesa. Me interesa lo que se hace con el lenguaje, quién hace las cosas más interesantes con el lenguaje es el poema. La poesía me interesa en cuanto hace cosas con el lenguaje y al lingüista lo que le interesa es lo mismo, el lenguaje que estamos construyendo, entonces si bien en un inicio había una diferencia entre el lingüista y el poeta, cada vez se está borrando más. Cajas es un buen punto, he sido acusado por los lingüistas que eso es poesía y por los poetas de que eso es lingüística y justamente creo que no hay mucha diferencia, a mí me interesan los hechos del lenguaje.
A propósito de Cajas. Es un libro inclasificable, entre ensayo sobre el lenguaje y poema. ¿Cree que el lenguaje es nuestra única defensa?
Sí. ¿Ante qué? Ese es el asunto. Para decirlo directamente, ante el sistema capitalista contable en el que estamos, que además es un sistema que cree que el lenguaje debe estar sometido por la economía, es decir no hay nada más importante que la economía. Y esa es una estupidez, a los economistas les gusta decir esto: “La economía no pasa por la ideología”. La economía es autónoma, hay ciertas leyes, etcétera, y creo que eso nosotros deberíamos sojuzgar, someter a la economía con el lenguaje. En ese sentido, hay un trabajo muy importante que hacer con el lenguaje, no porque creamos que el poema se sitúa fuera del sistema; no, porque ese es un sistema tan bueno que no tiene acuerdo, por lo tanto el capitalismo está hasta en el papel que imprimimos el poema, en la página web en la que colgamos nuestros textos, etcétera, por eso lo que hay que hacer es frente a ese sistema, que es un máquina de crear desigualdades, creo yo. El poema debe construir una desigualdad mayor y esa desigualdad mayor es la de someter la economía al yugo del lenguaje. Sin utopía no se puede hacer fiesta, ya lo veremos, pero creo que si tu sitúas el poema en el siglo XXI tienes que conversar sobre estas cosas y no ser una especie de tonto del lenguaje, porque lo que está ocurriendo, y que engancha con esta cuestión que hemos discutido antes, es lo de compañeros poetas que ahora se están convirtiendo en narradores, ¿no es cierto?, esto es un síntoma de lo que está sucediendo y se trataría básicamente de que ellos tratan de acomodarse al sistema. Creo que si algo es el poema, es la cosa más incómoda que debe existir, aún dentro de él.
¿Entonces la poesía es un discurso marginal?
Bueno, lo es, mejor dicho es un discurso marginalizado por el sistema, es una especie de adorno, tú lo ves en estos festivales, dicen bueno que los poetas también lean algo, ¿pero quién habla con Random House? ¿quién habla con las grandes editoriales? Los narradores, ahí está la plata, la plata no está en los poetas. Entonces ese discurso ha sido marginalizado, y está bien, eso me parece excelente porque desde los márgenes se puede hacer bastante más que simplemente yendo a los coctelitos.
¿Concibe a la poesía como la aprensión del presente o como una potencialidad?
¡Uf! Primero hay que distinguir entre poesía y poema. A mí no me gusta hablar de la poesía salvo de una manera muy genérica, pongámonos de acuerdo, hablemos de estos objetos extraños que construimos y que son hechos del lenguaje. Potencialidad en el sentido de que los poemas deben entenderse como estructuras de sentido más que de significación, estructuras que se mueven, que llevan a un cierto lugar. Una de las cosas que se ha perdido en el poema por ejemplo es todo aquello que es continuo para el lenguaje. El lenguaje de la narración, el lenguaje en general más aburrido es un lenguaje que cree en palabras, en cosas discontinuas, en cortes, etcétera y no en ritmos, no en movimientos, no en direcciones, que es con lo que trabajan los otros poetas, entonces, potencialidad en el sentido en cosa que se mueve, cuerpo que se mueve, ¿hacia dónde se mueve? no lo sé, no me interesa mucho, cada cual verá hacia dónde va, pero este movimiento es lo más interesante y es algo que traté de rescatar cuando analicé el poema de Blanca Varela.
¿Qué es lo que lo distancia de los poetas de su generación, si tal cosa existe?
La generación es una especie de comodidad para hablar de los críticos, los 60, 70, los esto, los post de esto. Lo más importante es que la gente escriba buenos poemas. Qué me distancia, en realidad poco, me une un montón de cosas, a pesar de que…. ¿Quiénes son los poetas de mi generación? Aquellos con los que me siento más afín, con Roger Santiváñez, sé que no podemos escribir de manera más distinta pero entiendo qué es lo que quiere hacer y creo que él entiende lo que yo quiero hacer y creo que estamos en el mismo bote ¿y sabes con quién? con Oswaldo Chanove, que publicó El héroe muy cerca del año que publiqué Perro negro y con él he sentido, a pesar de que no lo conozco -entre paréntesis porque voy comer con él a la noche y es la primera vez que lo voy a ver en persona pero nos hemos escrito con él por mail y etcétera- y es una persona a la que he leído siempre y he seguido porque creo que él ha sido a su manera y paralelamente un compañero de viaje porque en el fondo tenemos preocupaciones muy parecidas y cada uno las soluciona como puede.
Entonces sería interesante apuntar dentro de lo conscientemente, cuál es su proyecto en la poesía
No sé si tengo un proyecto. Los poemas son cosas que hago constantemente y que tratan de compensar, y siempre ha sido así, mi disgusto frente a cosas que pasan en la realidad, entonces uno escribe poemas (al menos yo los escribo así) en contrapeso a cosas que no me gustan. No tengo un proyecto sustancial más allá de esto, de pequeñas conversaciones frente a disgustos, nuevamente regresando a tu punto de el lenguaje como defensa en contra de todo aquello que nos ocurre, desde cuestiones sentimentales, desagravios emocionales, hasta cuestiones económicas, políticas culturales, porque cada vez las cosas que nos disgustan son más.
Entrevista publicada en Agenda CIX el 22 de diciembre de 2016.