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“La Fábrica de Papel”: una historia de amor contada con música, voz, cuerpo y magia
Por: Gianfranco Mejía Coronel
Evaristo (Otti Salas) y Rebeca (Brenda Rimbert) trabajan como obreros en una fábrica de papel desde hace un tiempo. La presión del trabajo no les ha permitido cruzar palabra alguna y por eso no se conocen. La única voz que escuchan durante las largas jornadas de trabajo es la de su jefa, Úrsula (Ayelen García) que los hace temblar de miedo cuando lanza una orden o hace sonar su silbato para anunciar su presencia.
En la fábrica, el trabajo es duro y aburrido. Un buen día -al término de las labores- los obreros –como cada día- hubieran ido a sus casas -agotados y sin ilusiones- si un accidente no hubiera marcado un rumbo diferente. Y así fue. Un insignificante moco en la nariz de Rebeca lo cambiaría todo cuando ella tuvo que desatender sus funciones para sacárselo de la nariz. Esto a su vez ocasionó una falla en la producción de la fábrica. Evaristo, nervioso y molesto por lo ocurrido, discute con Rebeca la chica que trabajaba al lado suyo y a la que nunca antes le había hablado. La discusión comienza muy acalorada, pero conforme hablan, los ánimos se calman y poco a poco los dos se dejan acariciar por la inesperada ternura del primer encuentro, desnudando su alma con cada palabra y cada silencio.
Ahora, Evaristo y Rebeca son cómplices y deben encontrar una solución al problema: las acciones en la fábrica se han detenido y el papel esta regado por todas partes. Rebeca -en una especie de berrinche- se mete un poco de papel a la boca. Evaristo trata de quitárselo con las manos, pero ella se atora y cae tosiendo al suelo. Evaristo cree que Rebeca ha muerto y una música fúnebre se escucha en toda la sala, pero Rebeca vuelve en sí, tosiendo y arrojando los últimos pedazos de papel que le quedaron en la boca. Luego de levantarse a la única persona que ve es a Evaristo y lo reconoce como su héroe.
Por un momento, el miedo a la jefa de la fábrica y las obligaciones laborales quedan de lado para dar lugar a las acciones que brotan del fuero interno de los personajes: juegan con el papel regado en el suelo, se aman en silencio y se odian a gritos, se esconden por los rincones de la fábrica, se pierden, se buscan con desesperación – ahora que se conocen, no quieren estar lejos el uno del otro – y se encuentran, pero al encontrarse niegan haberse estado buscando. Luchan contra su orgullo y el deseo de no perder ese pequeño destello que brota de sus ojos cuando están juntos y los hace acercarse. Cada trozo de papel, se convierte en un elemento mágico que adopta mil formas en las manos de Evaristo y Rebeca: puede ser una canoa donde los jóvenes amantes pueden hundirse las pupilas con una mirada en un romántico viaje o un racimo de flores que Rebeca, enamorada, sujeta con las manos y aprisiona contra su pecho.
Luego de ser descubiertos por Úrsula y de recibir una reprimenda, se van cada uno a sus casas y - la casualidad nunca fue más cómplice de un amor- descubren que son vecinos. Rebeca es la chica del gato que un día entró al departamento de Evaristo y se orinó en su sillón, y él es el chico que grita a todo pulmón los goles de su club favorito de fútbol y se escucha en todo en el edificio. Entran cada uno a sus departamentos respectivamente, pero se encuentran muy solos y la soledad ya no les gusta, les aterra. Evaristo ensaya un discurso, algo que le sirva de pretexto para tocarle la puerta a Rebeca; ella por su parte, inventa alguna excusa para acercarse a su vecino. Pero desisten, luego, sin pensarlo tanto deciden abrir sus puertas y se encuentran cara a cara… las luces del escenario parecen brillar más fuertes. Rebeca, usando el papel, improvisa un vestido de novia que se coloca de inmediato, y una corbata que se la coloca Evaristo. Listos para casarse y con los brazos entrelazados bajan del escenario y se van caminado -con Úrsula detrás tocando el violín. El público aplaude con la emoción de estar en una boda y de ser amigos íntimos de los novios.
Durante el desarrollo de la obra los personajes se mueven al ritmo de la música del violín de Ayelen, haciendo que el teatro y la música converjan en movimientos: precisos, elegantes y espontáneos que los actores realizan, para crear la ilusión de las acciones y los espacios en la mente del público. Por su parte, los espectadores se mantienen activos durante toda la obra imaginando y sintiendo a flor de piel cada una de la atmósferas que los personajes crean y expresan usando técnicas de clown y pantomima.
Sobre el grupo Mañosa Banda de Teatro
Los integrantes se conocieron haciendo Teatro Comunitario en Buenos Aires por el año 2005, donde nace la intensión de actuar en espacios públicos, crear obras colectivas que aborden temas sociales. Después de algunos años, cada uno de ellos con su formación vuelve a encontrarse y a principios de 2014 deciden viajar para compartir su pasión por Latinoamérica. Viajar y trabajar para seguir viajando. En abril de 2015 dejan sus hogares y comienzan su viaje por Lima, Perú.
La Mañosa Banda de Teatro es un proyecto grupal de artistas viajeros que tienen como objetivo el intercambio cultural: conocer lugares, historias y gente; y por otro lado, compartir producciones artísticas y proyectos pedagógicos de música y teatro. Es una banda de teatro porque hacen música y teatro al mismo tiempo. Sus producciones se basan en la interacción de estos lenguajes.
“Fábrica de papel” es la primera obra de la banda: creación colectiva que a través del lenguaje corporal, narración y la música en vivo cuenta una historia de amor entre dos obreros que trabajan juntos. Es una fusión donde la música es teatro y el teatro es música. Utilizando como único recurso el papel. Es una obra que invita al espectador a jugar un rol activo, donde su imaginación es indispensable para completar la historia. Mezcla técnicas de ilusionismo, teatro ritmito y clown.
Los integrantes:
Ayelen García (28 años) es argentina y porteña del barrio de Lugano. Profesora de violín en orquestas infantiles y juveniles de la ciudad de Buenos Aires. Violinista en orquestas sinfónicas, grupos de tango y música popular.
Brenda Rimbert (27 años) es argentina y porteña. Actriz y profesora de teatro. Egresada de la UNA (ex IUNA) Universidad Nacional de Artes, coordina clases en nivel inicial, primario y secundario.
Otti Salas (29 años) es argentino y patagónico del pueblo Las Grutas. Actor y profesor de teatro egresado de la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático). Coordinador de talleres de clown.
*"La Fábrica de Papel" se presentó el 06 de junio de 2015 en “Sábados de Teatro” en el auditorio del Hotel Casa Andina de Chiclayo.
Evaristo (Otti Salas) y Rebeca (Brenda Rimbert) trabajan como obreros en una fábrica de papel desde hace un tiempo. La presión del trabajo no les ha permitido cruzar palabra alguna y por eso no se conocen. La única voz que escuchan durante las largas jornadas de trabajo es la de su jefa, Úrsula (Ayelen García) que los hace temblar de miedo cuando lanza una orden o hace sonar su silbato para anunciar su presencia.
En la fábrica, el trabajo es duro y aburrido. Un buen día -al término de las labores- los obreros –como cada día- hubieran ido a sus casas -agotados y sin ilusiones- si un accidente no hubiera marcado un rumbo diferente. Y así fue. Un insignificante moco en la nariz de Rebeca lo cambiaría todo cuando ella tuvo que desatender sus funciones para sacárselo de la nariz. Esto a su vez ocasionó una falla en la producción de la fábrica. Evaristo, nervioso y molesto por lo ocurrido, discute con Rebeca la chica que trabajaba al lado suyo y a la que nunca antes le había hablado. La discusión comienza muy acalorada, pero conforme hablan, los ánimos se calman y poco a poco los dos se dejan acariciar por la inesperada ternura del primer encuentro, desnudando su alma con cada palabra y cada silencio.
Ahora, Evaristo y Rebeca son cómplices y deben encontrar una solución al problema: las acciones en la fábrica se han detenido y el papel esta regado por todas partes. Rebeca -en una especie de berrinche- se mete un poco de papel a la boca. Evaristo trata de quitárselo con las manos, pero ella se atora y cae tosiendo al suelo. Evaristo cree que Rebeca ha muerto y una música fúnebre se escucha en toda la sala, pero Rebeca vuelve en sí, tosiendo y arrojando los últimos pedazos de papel que le quedaron en la boca. Luego de levantarse a la única persona que ve es a Evaristo y lo reconoce como su héroe.
Por un momento, el miedo a la jefa de la fábrica y las obligaciones laborales quedan de lado para dar lugar a las acciones que brotan del fuero interno de los personajes: juegan con el papel regado en el suelo, se aman en silencio y se odian a gritos, se esconden por los rincones de la fábrica, se pierden, se buscan con desesperación – ahora que se conocen, no quieren estar lejos el uno del otro – y se encuentran, pero al encontrarse niegan haberse estado buscando. Luchan contra su orgullo y el deseo de no perder ese pequeño destello que brota de sus ojos cuando están juntos y los hace acercarse. Cada trozo de papel, se convierte en un elemento mágico que adopta mil formas en las manos de Evaristo y Rebeca: puede ser una canoa donde los jóvenes amantes pueden hundirse las pupilas con una mirada en un romántico viaje o un racimo de flores que Rebeca, enamorada, sujeta con las manos y aprisiona contra su pecho.
Luego de ser descubiertos por Úrsula y de recibir una reprimenda, se van cada uno a sus casas y - la casualidad nunca fue más cómplice de un amor- descubren que son vecinos. Rebeca es la chica del gato que un día entró al departamento de Evaristo y se orinó en su sillón, y él es el chico que grita a todo pulmón los goles de su club favorito de fútbol y se escucha en todo en el edificio. Entran cada uno a sus departamentos respectivamente, pero se encuentran muy solos y la soledad ya no les gusta, les aterra. Evaristo ensaya un discurso, algo que le sirva de pretexto para tocarle la puerta a Rebeca; ella por su parte, inventa alguna excusa para acercarse a su vecino. Pero desisten, luego, sin pensarlo tanto deciden abrir sus puertas y se encuentran cara a cara… las luces del escenario parecen brillar más fuertes. Rebeca, usando el papel, improvisa un vestido de novia que se coloca de inmediato, y una corbata que se la coloca Evaristo. Listos para casarse y con los brazos entrelazados bajan del escenario y se van caminado -con Úrsula detrás tocando el violín. El público aplaude con la emoción de estar en una boda y de ser amigos íntimos de los novios.
Durante el desarrollo de la obra los personajes se mueven al ritmo de la música del violín de Ayelen, haciendo que el teatro y la música converjan en movimientos: precisos, elegantes y espontáneos que los actores realizan, para crear la ilusión de las acciones y los espacios en la mente del público. Por su parte, los espectadores se mantienen activos durante toda la obra imaginando y sintiendo a flor de piel cada una de la atmósferas que los personajes crean y expresan usando técnicas de clown y pantomima.
Sobre el grupo Mañosa Banda de Teatro
Los integrantes se conocieron haciendo Teatro Comunitario en Buenos Aires por el año 2005, donde nace la intensión de actuar en espacios públicos, crear obras colectivas que aborden temas sociales. Después de algunos años, cada uno de ellos con su formación vuelve a encontrarse y a principios de 2014 deciden viajar para compartir su pasión por Latinoamérica. Viajar y trabajar para seguir viajando. En abril de 2015 dejan sus hogares y comienzan su viaje por Lima, Perú.
La Mañosa Banda de Teatro es un proyecto grupal de artistas viajeros que tienen como objetivo el intercambio cultural: conocer lugares, historias y gente; y por otro lado, compartir producciones artísticas y proyectos pedagógicos de música y teatro. Es una banda de teatro porque hacen música y teatro al mismo tiempo. Sus producciones se basan en la interacción de estos lenguajes.
“Fábrica de papel” es la primera obra de la banda: creación colectiva que a través del lenguaje corporal, narración y la música en vivo cuenta una historia de amor entre dos obreros que trabajan juntos. Es una fusión donde la música es teatro y el teatro es música. Utilizando como único recurso el papel. Es una obra que invita al espectador a jugar un rol activo, donde su imaginación es indispensable para completar la historia. Mezcla técnicas de ilusionismo, teatro ritmito y clown.
Los integrantes:
Ayelen García (28 años) es argentina y porteña del barrio de Lugano. Profesora de violín en orquestas infantiles y juveniles de la ciudad de Buenos Aires. Violinista en orquestas sinfónicas, grupos de tango y música popular.
Brenda Rimbert (27 años) es argentina y porteña. Actriz y profesora de teatro. Egresada de la UNA (ex IUNA) Universidad Nacional de Artes, coordina clases en nivel inicial, primario y secundario.
Otti Salas (29 años) es argentino y patagónico del pueblo Las Grutas. Actor y profesor de teatro egresado de la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático). Coordinador de talleres de clown.
*"La Fábrica de Papel" se presentó el 06 de junio de 2015 en “Sábados de Teatro” en el auditorio del Hotel Casa Andina de Chiclayo.