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Jorge Turpo Rivas: "El periodismo, para mí, debe cumplir dos reglas básicas: decir la verdad y estar bien escrito"
Katherine Medina Rondón entrevista al periodista Jorge Turpo Rivas
¿Cuál es la línea que divide la crónica de la ficción?
La verdad. Y es una línea bastante gruesa. En la ficción inventas. En la crónica eso está prohibido. La crónica es periodismo, y el periodismo solo puede transmitir certezas, no invenciones.
A diferencia del reportero de paso, un cronista suele disfrutar del tiempo, pero tampoco puede escapar de él, ¿crees que una crónica lograda es literatura bajo presión?
Yo no divido a reporteros y cronistas, para mí solo existen periodistas. Algunos con más ganas de entender el mundo que otros, para contar una historia que desengañe, rompa prejuicios, genere debate de ideas y conmueva. Eso toma tiempo, pero en el periodismo siempre hay una fecha y hora de cierre de edición, así que todo se hace bajo presión. Creo que fue el periodista mexicano Juan Villoro quien acuñó la frase: literatura bajo presión. Y la suscribo.
¿Cómo se gestó el libro El viejo hotel de Fujimori y otras crónicas?
En el oficio periodístico uno va escribiendo en diferentes medios y siempre está esa idea de reunir los textos y verlos juntos. Mi libro reúne quince crónicas hechas en Arequipa y Tacna, donde viví cuatro años. El viejo hotel de Fujimori es una crónica donde se explica la relación que tuvo el dictador con Arequipa. Busqué como hilo conductor de la historia el Hotel Yura, donde solía hospedarse Fujimori.
¿Cuál es la línea que divide la crónica de la ficción?
La verdad. Y es una línea bastante gruesa. En la ficción inventas. En la crónica eso está prohibido. La crónica es periodismo, y el periodismo solo puede transmitir certezas, no invenciones.
A diferencia del reportero de paso, un cronista suele disfrutar del tiempo, pero tampoco puede escapar de él, ¿crees que una crónica lograda es literatura bajo presión?
Yo no divido a reporteros y cronistas, para mí solo existen periodistas. Algunos con más ganas de entender el mundo que otros, para contar una historia que desengañe, rompa prejuicios, genere debate de ideas y conmueva. Eso toma tiempo, pero en el periodismo siempre hay una fecha y hora de cierre de edición, así que todo se hace bajo presión. Creo que fue el periodista mexicano Juan Villoro quien acuñó la frase: literatura bajo presión. Y la suscribo.
¿Cómo se gestó el libro El viejo hotel de Fujimori y otras crónicas?
En el oficio periodístico uno va escribiendo en diferentes medios y siempre está esa idea de reunir los textos y verlos juntos. Mi libro reúne quince crónicas hechas en Arequipa y Tacna, donde viví cuatro años. El viejo hotel de Fujimori es una crónica donde se explica la relación que tuvo el dictador con Arequipa. Busqué como hilo conductor de la historia el Hotel Yura, donde solía hospedarse Fujimori.
En las crónicas que reúnes en tu libro usas la entrevista como técnica para obtener información privilegiando la observación social de los fenómenos, y cómo éstos afectan la vida de cierta gente, ¿qué característica especial es la que debe tener esta gente para captar tu atención?
La necesidad de entender lo que ocurre te lleva a buscar personajes que te ayudan a comprender mejor los hechos. Por ejemplo una de las crónicas es sobre Victoria Cáceres – la tía Vicky, una señora de Puno que migró a Tacna y se hizo millonaria tras ser empleada doméstica, vender limones en el mercado y ser contrabandista de licores. En ella no solo hallé una historia de emprendimiento que pudo haber salido en un libro tipo: Diez peruanas exitosas o las reinas del mambo, sino la historia del cambio social de la región Tacna, cómo la migración del altiplano ha transformado esa ciudad y quiénes son sus nuevos personajes.
El periodismo narrativo en el Perú sigue siendo malentendido. El triunfo de la estética sobre la ética. Pero es obvio que no todas las noticias merecen ser narradas ni todos los reporteros pueden ser buenos narradores, ¿cuál es la diferencia entre una historia bien escrita, y una buena historia?
Hacer crónicas no es escribir bonito. El periodismo, para mí, debe cumplir dos reglas básicas: decir la verdad y estar bien escrito. Y quienes muchas veces no entienden lo que llamas periodismo narrativo, son los propios periodistas, creen que adornando su prosa o empezando sus notas con versos, ya son “cronistas”. Los lectores saben distinguir lo que es una buena historia, lo hace cuando siente que después de haber leído el texto es una mejor persona con algo más de conocimiento, menos prejuicios y entendiendo mejor el mundo.
¿Qué opinas de escritores como Leonardo Aguirre, que usan la “no ficción” como una especie de venganza personal?
Hay una diferencia estratosférica entre Truman Capote y Magaly Medina ¿no?
Sobre Jorge Turpo:
Jorge Turpo Rivas, es Leo, cosecha 1978. Estudió periodismo en la Universidad Católica de Santa María. Ha sido redactor de diarios desaparecidos como Arequipa al Día y de vigentes como Correo, El Pueblo y La República. Dirigió el semanario Vistaprevia. Ganó dos premios nacionales de periodismo y fue finalista en tres sudamericanos. Desde su blog Nervio Óptico mantiene viva su llama interna del periodismo: https://nerviooptico.wordpress.com/