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Breve entrevista a Yidda Ayala Azabache
Por: Miguel Ildefonso
Yidda Ayala Azabache (Trujillo, 1980) acaba de ganar el V Concurso de Poesía Escrita por Mujeres “Scriptura”. Ella es Licenciada en Educación con mención en Filosofía y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Trujillo. Ha sido Primer Premio del I Concurso de Poesía Ilustrada Pingere Poiesis y Mención Honrosa en Poesía del Concurso Interuniversitario Luis Hernández Camarero.
Luego de la entrevista, una muestra de su ópera prima.
Breve tratado de lo efímero es tu primer libro, con el cual has ganado el premio Scriptura del presente año; pero ya antes habías tenido algunos reconocimientos en concursos. Trujillo tiene una tradición importante de poetas; para mencionar solo a algunos de los más actuales, están Luis Eduardo García, Lizardo Cruzado, David Novoa, Gloria Portugal, Denisse Vega Farfán. ¿Cuándo empezaste a escribir poesía? ¿Cuáles son los autores que te marcaron?
Sobre el papel, empecé alrededor de los 14 o 15. En realidad no tengo clara esta fecha. Sé que en el colegio no me sentía ni cómoda ni aceptada; y, así como cuando una es acusada injustamente y precisa hacer su descargo; así necesitaba yo exponer mi punto de vista. Así que agarré un cuaderno y me puse a escribir. Eso fue todo. Claro que lo que escribí entonces no fueron poemas. Eran más que nada descargos, como ya te expliqué. No tengo ni idea de cómo empezó a tomar todo esto un matiz literario.
Respecto a los autores, estoy mucho más marcada por versos que por poemarios. Hecha esta aclaración, puedo citar a Li Po, Du Fu, Kavafis, Pizarnik, Huidobro, Eielson… la lista sería demasiado larga.
¿Cómo fue la escritura de Breve tratado de lo efímero? Hay una organicidad creo importante, y me refiero sobre todo a la relación con la hondura de tus textos reflexivos casi siempre, y a veces lúdicos. Me parece un libro bien organizado, hay un tono que se mantiene, una visión, lo que le da una unidad, y le hace honor al título de tratado.
La escritura de este libro fue pausada y calma, ya que mi vida es ahora pausada y calma. Borges afirmaba que, en nuestra juventud, todos somos barrocos por timidez. No estamos en realidad seguros de lo que queremos decir y lo ocultamos bajo retoricismos y artificios. Bueno, yo ya no soy tan joven, así que era casi un deber desprenderme de aquel barroquismo que inundó mis primeros escritos. Ahora creo más que nada en la honestidad. Esa es la figura literaria por la cual apuesto. Quizá eso, el ser honesta conmigo misma y con la visión que tengo de las cosas, sea el ingrediente que le ha otorgado al libro las características que antes has mencionado.
Yidda Ayala Azabache (Trujillo, 1980) acaba de ganar el V Concurso de Poesía Escrita por Mujeres “Scriptura”. Ella es Licenciada en Educación con mención en Filosofía y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Trujillo. Ha sido Primer Premio del I Concurso de Poesía Ilustrada Pingere Poiesis y Mención Honrosa en Poesía del Concurso Interuniversitario Luis Hernández Camarero.
Luego de la entrevista, una muestra de su ópera prima.
Breve tratado de lo efímero es tu primer libro, con el cual has ganado el premio Scriptura del presente año; pero ya antes habías tenido algunos reconocimientos en concursos. Trujillo tiene una tradición importante de poetas; para mencionar solo a algunos de los más actuales, están Luis Eduardo García, Lizardo Cruzado, David Novoa, Gloria Portugal, Denisse Vega Farfán. ¿Cuándo empezaste a escribir poesía? ¿Cuáles son los autores que te marcaron?
Sobre el papel, empecé alrededor de los 14 o 15. En realidad no tengo clara esta fecha. Sé que en el colegio no me sentía ni cómoda ni aceptada; y, así como cuando una es acusada injustamente y precisa hacer su descargo; así necesitaba yo exponer mi punto de vista. Así que agarré un cuaderno y me puse a escribir. Eso fue todo. Claro que lo que escribí entonces no fueron poemas. Eran más que nada descargos, como ya te expliqué. No tengo ni idea de cómo empezó a tomar todo esto un matiz literario.
Respecto a los autores, estoy mucho más marcada por versos que por poemarios. Hecha esta aclaración, puedo citar a Li Po, Du Fu, Kavafis, Pizarnik, Huidobro, Eielson… la lista sería demasiado larga.
¿Cómo fue la escritura de Breve tratado de lo efímero? Hay una organicidad creo importante, y me refiero sobre todo a la relación con la hondura de tus textos reflexivos casi siempre, y a veces lúdicos. Me parece un libro bien organizado, hay un tono que se mantiene, una visión, lo que le da una unidad, y le hace honor al título de tratado.
La escritura de este libro fue pausada y calma, ya que mi vida es ahora pausada y calma. Borges afirmaba que, en nuestra juventud, todos somos barrocos por timidez. No estamos en realidad seguros de lo que queremos decir y lo ocultamos bajo retoricismos y artificios. Bueno, yo ya no soy tan joven, así que era casi un deber desprenderme de aquel barroquismo que inundó mis primeros escritos. Ahora creo más que nada en la honestidad. Esa es la figura literaria por la cual apuesto. Quizá eso, el ser honesta conmigo misma y con la visión que tengo de las cosas, sea el ingrediente que le ha otorgado al libro las características que antes has mencionado.
¿Cómo ves la poesía en la actualidad? ¿O cuál piensas que es el rol de la poesía en esta época en que todo parece ser efímero?
Mi visión al respecto es un tanto pesimista. Veo movimiento, pero no orientación. Mucho truco y poca magia, como decían los antiguos. Es demasiado fácil ser escritor hoy en día, no existen filtros. Todos son poetas porque le dan enter al renglón y creen que están creando un verso. Ya nadie se detiene a pensar las cosas, menos a contemplarlas. No sé si me estoy desviando del tema pero yo vengo de un lugar muy tranquilo que se llama la Campiña de Moche, y ahí siento que las cosas pasan a su real velocidad, más lentas, como complacidas en dejarse contemplar. Nada de esto me sucede en Trujillo, y mucho menos en Lima. Creo que me sería imposible escribir ahora en un lugar que no fuera el campo. Pero sé que esto en algún momento terminará y por eso le puse al libro el título que le puse: “Breve tratado de lo efímero”.
Eres educadora, ¿cómo conjugas el aspecto creativo de tu oficio poético con la enseñanza? Nos puedes contar sobre este campo, pues somos muchos los que nos dedicamos a la enseñanza, y sabemos la problemática que hay en el país, sobre todo cuando se trata de literatura o de la lectura.
El amor al arte no se enseña; se contagia. Es imposible que los muchachos lean si no observan que otros a su alrededor lo hacen. Y no solo eso, sino que además lo disfrutan.
Mi visión al respecto es un tanto pesimista. Veo movimiento, pero no orientación. Mucho truco y poca magia, como decían los antiguos. Es demasiado fácil ser escritor hoy en día, no existen filtros. Todos son poetas porque le dan enter al renglón y creen que están creando un verso. Ya nadie se detiene a pensar las cosas, menos a contemplarlas. No sé si me estoy desviando del tema pero yo vengo de un lugar muy tranquilo que se llama la Campiña de Moche, y ahí siento que las cosas pasan a su real velocidad, más lentas, como complacidas en dejarse contemplar. Nada de esto me sucede en Trujillo, y mucho menos en Lima. Creo que me sería imposible escribir ahora en un lugar que no fuera el campo. Pero sé que esto en algún momento terminará y por eso le puse al libro el título que le puse: “Breve tratado de lo efímero”.
Eres educadora, ¿cómo conjugas el aspecto creativo de tu oficio poético con la enseñanza? Nos puedes contar sobre este campo, pues somos muchos los que nos dedicamos a la enseñanza, y sabemos la problemática que hay en el país, sobre todo cuando se trata de literatura o de la lectura.
El amor al arte no se enseña; se contagia. Es imposible que los muchachos lean si no observan que otros a su alrededor lo hacen. Y no solo eso, sino que además lo disfrutan.
De Breve tratado de lo efímero
IX
instalada en un alto edificio
mis ojos abarcan vastos espacios
sin embargo
algo de ceguera ha caído en ellos
no puedo distinguir el rostro del hombre
que pasa por la acera
ni el de aquel otro que tras suyo
aún no ha llegado
me acerco más a la ventana
y el cristal enfría mi frente y mis mejillas
y sola desde esta altura
dejo caer algunas lágrimas
XI
construir un verso
como se construyen
los edificios modernos
eso
es solo
vanidad
de arquitecto
XVI
recuerda
me dijo en cierta ocasión el sol
aunque la sombra no sea el ave
esta
también vuela
XVIII
en dos meses apenas
una nueva vida saldrá de mí
el doctor ve con agrado mi embarazo
y señala una fecha como probable
en seguida…
hace las preguntas de rutina
y menciona algo sobre el reposo
estoy distraída
y casi sin quererlo
deposito mi vista en los maceteros
que la tierra dé una flor
me parece
es un milagro altamente contemplable
IX
instalada en un alto edificio
mis ojos abarcan vastos espacios
sin embargo
algo de ceguera ha caído en ellos
no puedo distinguir el rostro del hombre
que pasa por la acera
ni el de aquel otro que tras suyo
aún no ha llegado
me acerco más a la ventana
y el cristal enfría mi frente y mis mejillas
y sola desde esta altura
dejo caer algunas lágrimas
XI
construir un verso
como se construyen
los edificios modernos
eso
es solo
vanidad
de arquitecto
XVI
recuerda
me dijo en cierta ocasión el sol
aunque la sombra no sea el ave
esta
también vuela
XVIII
en dos meses apenas
una nueva vida saldrá de mí
el doctor ve con agrado mi embarazo
y señala una fecha como probable
en seguida…
hace las preguntas de rutina
y menciona algo sobre el reposo
estoy distraída
y casi sin quererlo
deposito mi vista en los maceteros
que la tierra dé una flor
me parece
es un milagro altamente contemplable