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Amor roto
21 de junio de 2016
Por Alexandra Gonzales Lozano
Amor roto, te he fallado y me siento mal por ello. Simplemente un día me levanté sin quererte y quise recomponer todo, pero ya era demasiado tarde, todo se había echado a perder, y aunque aún tú no lo sabes, en tu pecho surca una herida invisible que pronto estallará.
Sé que he dado paso a confusiones malévolas, pero te quiero como a un hermano. Es por eso mi afán de cuidarte, de que sepas que eres importante para mí, de darte un beso fugaz en los labios que me recuerden que algún día los desee solamente para mí. Algún día grabado en el pasado, observé mientras te ibas de mi casa y con tristeza sabía que te estaba perdiendo. Finalmente sucedió.
Mi corazón es austero y por eso me gusta abrazarte para recordar que aún sigues aquí conmigo aunque yo desee para ti otro amor.
¿Recuerdas la película que vimos juntos? Tal vez no la recuerdes, pero yo sí. Está pasando casi igual. Te estoy perdiendo de a pocos como el polvo de un reloj de arena. Sé que te esfuerzas por ser mejor en todo, pero sobre todo conmigo. Sé que te culpas cuando te digo que estamos fracasando. Sé que eso no es justo ni para ti ni para mí y me siento una farsante cuando digo que te quiero. No es ese loco amor que estalló algún día en mi pecho y me convertiría en una persona nueva, única. Me pregunto si algún día sucederá. A veces he pensado que nunca y por eso quiero dejarte ir, porque te deseo un amor pleno y si no sucede en mí, al menos debe hacerlo en ti.
Amor roto, pienso en ti a todo momento, en todo lo que hemos aprendido juntos, en lo que te recalqué para que tengas en cuenta en tu próxima relación porque quiero que te vaya bien, porque quiero que vuelvas a sonreír, a pesar que digas que no, que no podrás amar a nadie como a mí. Tal vez sea cierto. No se ama de la misma manera a nadie, pero sé que lo lograremos. Yo te veré desde lejos, feliz y sabré que fue la mejor decisión, dejarte libre como debió haber sido hace mucho.
Quiero que sientas cada momento como tuyo, después de todo yo ya estoy intoxicada por todos lados, no creo en nada eterno y solo creo en el amor que se tiene a los amigos y a la familia. El amor de pareja nunca me invadió. Tal vez por defecto yo buscaba la perfección y ahora estoy arruinada y creo en las vanas historias de los libros. Aguardo algo o alguien que no existe.
Quiero que seas feliz con alguien que sepa engreírte, que comparta tus momentos, que acaricie tu cabeza delicadamente, que apriete tu mano cuando se la des; pero, por sobretodo, te bese con pasión desmedida como si no tuviera suficiente de ti. Tal vez yo nunca pude hacer muchas cosas como esas pero lo intenté y creo – siempre creeré – que el amor se tiene o no se tiene: yo lo tuve y me quede sin él. No fue tu culpa, simplemente sucedió. No sé cómo disculparme por no quererte lo suficiente. Siempre creí injustamente que como era posible no querer a alguien tan merecedor del amor, pero a mí me sucedió y me odio por eso. No quiero pensar lo que nos faltó. Yo creo que no nos faltó nada. Simplemente se acabó como todo lo temporal.
Mis recuerdos y los tuyos están conmigo y siempre será así. Espero que puedas recordar lo peor de mí para que sepas que dejarte libre fue lo mejor. No importa que después me odies, solo quiero que sepas que fue lo mejor y que te convenzas que así debió ser. Si pudiera retroceder el tiempo rechazaría tu invitación a conocernos. No estarías pasando por este momento que solo te hace creer que el amor es injusto. No mereces eso. Mereces saber que el amor es lo mejor que hay cuando es correspondido.
Con el amor roto que te tengo, Ale.
Sé que he dado paso a confusiones malévolas, pero te quiero como a un hermano. Es por eso mi afán de cuidarte, de que sepas que eres importante para mí, de darte un beso fugaz en los labios que me recuerden que algún día los desee solamente para mí. Algún día grabado en el pasado, observé mientras te ibas de mi casa y con tristeza sabía que te estaba perdiendo. Finalmente sucedió.
Mi corazón es austero y por eso me gusta abrazarte para recordar que aún sigues aquí conmigo aunque yo desee para ti otro amor.
¿Recuerdas la película que vimos juntos? Tal vez no la recuerdes, pero yo sí. Está pasando casi igual. Te estoy perdiendo de a pocos como el polvo de un reloj de arena. Sé que te esfuerzas por ser mejor en todo, pero sobre todo conmigo. Sé que te culpas cuando te digo que estamos fracasando. Sé que eso no es justo ni para ti ni para mí y me siento una farsante cuando digo que te quiero. No es ese loco amor que estalló algún día en mi pecho y me convertiría en una persona nueva, única. Me pregunto si algún día sucederá. A veces he pensado que nunca y por eso quiero dejarte ir, porque te deseo un amor pleno y si no sucede en mí, al menos debe hacerlo en ti.
Amor roto, pienso en ti a todo momento, en todo lo que hemos aprendido juntos, en lo que te recalqué para que tengas en cuenta en tu próxima relación porque quiero que te vaya bien, porque quiero que vuelvas a sonreír, a pesar que digas que no, que no podrás amar a nadie como a mí. Tal vez sea cierto. No se ama de la misma manera a nadie, pero sé que lo lograremos. Yo te veré desde lejos, feliz y sabré que fue la mejor decisión, dejarte libre como debió haber sido hace mucho.
Quiero que sientas cada momento como tuyo, después de todo yo ya estoy intoxicada por todos lados, no creo en nada eterno y solo creo en el amor que se tiene a los amigos y a la familia. El amor de pareja nunca me invadió. Tal vez por defecto yo buscaba la perfección y ahora estoy arruinada y creo en las vanas historias de los libros. Aguardo algo o alguien que no existe.
Quiero que seas feliz con alguien que sepa engreírte, que comparta tus momentos, que acaricie tu cabeza delicadamente, que apriete tu mano cuando se la des; pero, por sobretodo, te bese con pasión desmedida como si no tuviera suficiente de ti. Tal vez yo nunca pude hacer muchas cosas como esas pero lo intenté y creo – siempre creeré – que el amor se tiene o no se tiene: yo lo tuve y me quede sin él. No fue tu culpa, simplemente sucedió. No sé cómo disculparme por no quererte lo suficiente. Siempre creí injustamente que como era posible no querer a alguien tan merecedor del amor, pero a mí me sucedió y me odio por eso. No quiero pensar lo que nos faltó. Yo creo que no nos faltó nada. Simplemente se acabó como todo lo temporal.
Mis recuerdos y los tuyos están conmigo y siempre será así. Espero que puedas recordar lo peor de mí para que sepas que dejarte libre fue lo mejor. No importa que después me odies, solo quiero que sepas que fue lo mejor y que te convenzas que así debió ser. Si pudiera retroceder el tiempo rechazaría tu invitación a conocernos. No estarías pasando por este momento que solo te hace creer que el amor es injusto. No mereces eso. Mereces saber que el amor es lo mejor que hay cuando es correspondido.
Con el amor roto que te tengo, Ale.
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