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Arnold Castro:
"Una paleta de maquillaje, una brocha, un pincel es parte de mí, lo siento mío, una extensión de mí"
Chiclayo, 20 de abril de 2015
Por Karen Díaz
*Entrevista realizada por Karen Díaz, redactora de Agenda CIX, al comunicador y maquillador pimenteleño Arnold Castro.
Tiene los dedos largos, delgados, expertos. Ubica en pequeñas porciones el cabello de la modelo sobre la prótesis, para lograr un peinado futurista. Con sumo perfeccionismo coloca cada horquilla en el lugar exacto. En este momento de nuestra visita, ya no se habla. En este momento, Arnold Castro está creando un nuevo personaje.
Nos acoge cómodamente, y poco a poco, mientras se adentra en su historia, sus ojos adquieren el brillo de alguien que vive de acuerdo a sus ideales, de quien está cumpliendo sus metas. Y se abre ante nuestra curiosidad desde el principio, con su voz suave, pero llena de matices al narrar. Arnold Castro es comunicador y maquillador profesional autodidacta, actualmente especializado en efectos para producción audiovisual. Las palabras que lo definen son: pasión, creatividad a mil, aprendizaje y dedicación. La pasión que transmite al hablar de maquillaje no es algo reciente. Desde siempre, las películas antiguas le llamaron la atención -más que por la trama- por el diseño del personaje. “Me perdía de la trama -dice en una entrevista para Parada Norte- Siempre me preguntaba, ¿Cómo se hace? ¿Cómo se construyó este personaje?” Y es que él tiene muy en claro que el maquillaje desborda el área ‘social’: “Existe el maquillaje artístico, para arte Drag Queen, maquillaje terapéutico, para producciones teatrales, para producciones audiovisuales, y el de efectos especiales”.
En el suelo, abiertas, dos maletas con sus herramientas de artista. Cerca, el fotógrafo de la sesión. A gusto en su área -mientras espera a la modelo con la que trabajará en el backstage- hace para nosotras un recorrido por su formación, sus intereses y sus proyectos. Lo escuchamos encantadas.
“Mi interés en Chiclayo ahora, es exponer mi arte y dejar bien sentadas las bases del maquillaje FX, para que los estudiantes conozcan, porque sé que no soy el único emocionado con este tema. Debe haber muchos más que quieren aprender. Abrir el camino de los efectos visuales de manera profesional.”
El entusiasmo de Arnold por los personajes de cine tomó cuerpo en sus épocas de estudiante universitario: “Fue el curso de publicidad, el que nos dio mucha libertad creativa. Y cuando me la dan, puedo hacer mil cosas. Durante este período, debíamos hacer fotografía artística y de publicidad… Fue un grupo artístico, el de la universidad. De ese código salieron Lady Vinces, César Vargas, Luis Camasca, entre otros, personajes todos muy relacionados con el mundo del arte. Se dio el curso y las sesiones fotográficas. Y… tenía que ser perfecto, porque si yo voy a salir frente a la cámara nada puede estar mal. Para el momento tenía que cumplir con lo mejor para el momento: vestuario, maquillaje, peluca, iluminación… luz amarilla (en ese entonces, era la única con la que contábamos) En el segundo piso del aula de cómputo, arriba, ya me acordé, se hicieron las fotos. Y no eran cámaras profesionales, no. Eran tomadas con digitales, que eran lo mejor para su tiempo. Pero aún no había un orden, un set de fotografía. Era un aprendizaje en proceso. Salieron muchas cosas de ahí. En esa época, también hice fotografías de desnudos artísticos, que no tengo en redes sociales. Y… fue hermoso porque no sé si hasta estas fechas se ha vuelto a hacer algo parecido en la facultad. Fue allí que yo sentí algo: que el mundo de la foto era lo mío, y el maquillaje también, porque era yo el encargado. Pero al salir de la universidad pues... dinero es lo primero que necesitas, ya no entra a tallar la vocación. Y sí, de por sí la carrera de comunicaciones es difícil, hay mucha competencia: fotografía, filmación y muchas productoras en Chiclayo y eso hace que los precios caigan, inevitablemente. Conseguí trabajos que no me llenaban. Me hacían someterme a muchos cambios, por ejemplo mi voz, que es tan... no sé cómo describirlo, y no encaja en los patrones entonces tenía que modular, cambiar. Me llegue a hacer eso, pero no, no era yo, y eso me hacía estar en incómodo, y… bueno, era horrible.
Tiene los dedos largos, delgados, expertos. Ubica en pequeñas porciones el cabello de la modelo sobre la prótesis, para lograr un peinado futurista. Con sumo perfeccionismo coloca cada horquilla en el lugar exacto. En este momento de nuestra visita, ya no se habla. En este momento, Arnold Castro está creando un nuevo personaje.
Nos acoge cómodamente, y poco a poco, mientras se adentra en su historia, sus ojos adquieren el brillo de alguien que vive de acuerdo a sus ideales, de quien está cumpliendo sus metas. Y se abre ante nuestra curiosidad desde el principio, con su voz suave, pero llena de matices al narrar. Arnold Castro es comunicador y maquillador profesional autodidacta, actualmente especializado en efectos para producción audiovisual. Las palabras que lo definen son: pasión, creatividad a mil, aprendizaje y dedicación. La pasión que transmite al hablar de maquillaje no es algo reciente. Desde siempre, las películas antiguas le llamaron la atención -más que por la trama- por el diseño del personaje. “Me perdía de la trama -dice en una entrevista para Parada Norte- Siempre me preguntaba, ¿Cómo se hace? ¿Cómo se construyó este personaje?” Y es que él tiene muy en claro que el maquillaje desborda el área ‘social’: “Existe el maquillaje artístico, para arte Drag Queen, maquillaje terapéutico, para producciones teatrales, para producciones audiovisuales, y el de efectos especiales”.
En el suelo, abiertas, dos maletas con sus herramientas de artista. Cerca, el fotógrafo de la sesión. A gusto en su área -mientras espera a la modelo con la que trabajará en el backstage- hace para nosotras un recorrido por su formación, sus intereses y sus proyectos. Lo escuchamos encantadas.
“Mi interés en Chiclayo ahora, es exponer mi arte y dejar bien sentadas las bases del maquillaje FX, para que los estudiantes conozcan, porque sé que no soy el único emocionado con este tema. Debe haber muchos más que quieren aprender. Abrir el camino de los efectos visuales de manera profesional.”
El entusiasmo de Arnold por los personajes de cine tomó cuerpo en sus épocas de estudiante universitario: “Fue el curso de publicidad, el que nos dio mucha libertad creativa. Y cuando me la dan, puedo hacer mil cosas. Durante este período, debíamos hacer fotografía artística y de publicidad… Fue un grupo artístico, el de la universidad. De ese código salieron Lady Vinces, César Vargas, Luis Camasca, entre otros, personajes todos muy relacionados con el mundo del arte. Se dio el curso y las sesiones fotográficas. Y… tenía que ser perfecto, porque si yo voy a salir frente a la cámara nada puede estar mal. Para el momento tenía que cumplir con lo mejor para el momento: vestuario, maquillaje, peluca, iluminación… luz amarilla (en ese entonces, era la única con la que contábamos) En el segundo piso del aula de cómputo, arriba, ya me acordé, se hicieron las fotos. Y no eran cámaras profesionales, no. Eran tomadas con digitales, que eran lo mejor para su tiempo. Pero aún no había un orden, un set de fotografía. Era un aprendizaje en proceso. Salieron muchas cosas de ahí. En esa época, también hice fotografías de desnudos artísticos, que no tengo en redes sociales. Y… fue hermoso porque no sé si hasta estas fechas se ha vuelto a hacer algo parecido en la facultad. Fue allí que yo sentí algo: que el mundo de la foto era lo mío, y el maquillaje también, porque era yo el encargado. Pero al salir de la universidad pues... dinero es lo primero que necesitas, ya no entra a tallar la vocación. Y sí, de por sí la carrera de comunicaciones es difícil, hay mucha competencia: fotografía, filmación y muchas productoras en Chiclayo y eso hace que los precios caigan, inevitablemente. Conseguí trabajos que no me llenaban. Me hacían someterme a muchos cambios, por ejemplo mi voz, que es tan... no sé cómo describirlo, y no encaja en los patrones entonces tenía que modular, cambiar. Me llegue a hacer eso, pero no, no era yo, y eso me hacía estar en incómodo, y… bueno, era horrible.
Pero tenía la experiencia de la universidad y fue así -como jugando- que yo voy entrando, comenzando por el maquillaje social, desde lo más simple. La gente fue recomendándome, pero llegó un punto en el que yo ya no me lograba llenar con el maquillaje social. Sentía que podía más. Y comencé a ver libros, recordar, mirar, inspirarme. Me gustan mucho las películas antiguas e iba tomando esos modelos para crear personajes. Luego fui comprando más material, invirtiendo el dinero que entraba. Se invertía y se invertía. Recuerdo que mi madre se enfadaba. “No te compras ni un polo!” Eso no importaba, porque era lo que yo quería. Una paleta de maquillaje, una brocha, un pincel es parte de mí, lo siento mío, una extensión de mí. Un polo no es. Un polo se acaba, el pincel me queda, el pincel me queda… Y es eso. Ahora ella ya me entiende y admira feliz mi trabajo, y yo me siento contento.
Una amiga me dijo “La necesidad es madre de la creatividad” si tienes todo a la mano, ya no eres creativo: “Cógelo, úsalo”,.. pero cuándo no tienes “¿De dónde consigo? ¿Cómo hago?” He hecho préstamos para comprar lo que necesitaba y después pagaba en dos, tres partes. Era ingeniárselas porque lo necesitaba. Incluso ahora, cuando no encuentro el material que necesito -por ejemplo, una prótesis para el cabello- puedo crearlo yo mismo, experimentando con los materiales más adecuados. Y no parar de aprender, buscar referencias y creatividad. Hay momentos de vacío total. Y de pronto, surge la idea en cualquier momento inesperado, entonces hay que hacer un boceto.
Sé de los problemas de la universidad nacional, sé cómo las circunstancias recortan las alas a los alumnos nuevos, y lo difícil que es gestionar actividades, Debido a este enajenamiento generalizado, el nivel de emoción baja, y se conforman con un “ya pues”… Yo he sido autodidacta. No hay vídeo tutorial que no haya visto. Recién para efectos especiales, cursé en La Morgue, escuela de efectos en Lima. Porque llega un momento en el que ya quemaste todo los materiales empíricos y artesanales. Necesitas más, y como necesitas más no puedes avanzar si no sigues capacitándote.
En la actualidad, las personas se alimentan de audiovisual, las exigencias dadas por la calidad de filmación son aún más altas. El maquillaje evoluciona también. Entonces, yo nunca “lo sabré todo”, a los cuarenta años continuaré aprendiendo. El maquillaje para mí es muy profundo, es un universo… a veces yo me quedo horrorizado de tantas cosas que hay, tantas formas, texturas, colores, tendencias, técnicas, sobre todo, técnicas… Me emociona hablar de esto. Me emociona porque nada es fácil, pero mejorar siempre, ser “el pionero del maquillaje de efectos” lo vale. (Fue en la entrevista de El Comercio, donde me hicieron presente eso.)
Estas sesiones de backstage son autogestionadas, porque tienen como finalidad mostrar parte de mi trabajo en el taller. Es por eso que en Facebook solo están los detrás de cámara. Eso me permite llevar a cada lugar que voy, algo distinto. Siempre, en cada presentación, un Arnold distinto.
En el taller que di en la San Martín, los alumnos que faltaron al día uno, ya no lo recuperaron el día dos. De este modo, al terminar, en ambas fechas presenté cosas distintas, para lograr un mejor intercambio de ideas.
Y así es como se resumen casi dos años de mi vida. Sí, hubo gente que no creía en mí, y te lo digo así, porque las recuerdo en este momento… pero me prometí que les demostraría todo lo contrario. Lo estoy logrando y lo que viene es… ya ahora solo la muerte me puede parar. Nada más. Tengo mucha energía, fuerza, pasión... Me emociono mucho al hablar con ustedes en cada entrevista. Porque quiero que aprendan, que maquillaje no es solo brocha y lápiz labial.
Y tiene razón. Como ya dijo para entrevistas anteriores “Pasión es crear un personaje”
Una amiga me dijo “La necesidad es madre de la creatividad” si tienes todo a la mano, ya no eres creativo: “Cógelo, úsalo”,.. pero cuándo no tienes “¿De dónde consigo? ¿Cómo hago?” He hecho préstamos para comprar lo que necesitaba y después pagaba en dos, tres partes. Era ingeniárselas porque lo necesitaba. Incluso ahora, cuando no encuentro el material que necesito -por ejemplo, una prótesis para el cabello- puedo crearlo yo mismo, experimentando con los materiales más adecuados. Y no parar de aprender, buscar referencias y creatividad. Hay momentos de vacío total. Y de pronto, surge la idea en cualquier momento inesperado, entonces hay que hacer un boceto.
Sé de los problemas de la universidad nacional, sé cómo las circunstancias recortan las alas a los alumnos nuevos, y lo difícil que es gestionar actividades, Debido a este enajenamiento generalizado, el nivel de emoción baja, y se conforman con un “ya pues”… Yo he sido autodidacta. No hay vídeo tutorial que no haya visto. Recién para efectos especiales, cursé en La Morgue, escuela de efectos en Lima. Porque llega un momento en el que ya quemaste todo los materiales empíricos y artesanales. Necesitas más, y como necesitas más no puedes avanzar si no sigues capacitándote.
En la actualidad, las personas se alimentan de audiovisual, las exigencias dadas por la calidad de filmación son aún más altas. El maquillaje evoluciona también. Entonces, yo nunca “lo sabré todo”, a los cuarenta años continuaré aprendiendo. El maquillaje para mí es muy profundo, es un universo… a veces yo me quedo horrorizado de tantas cosas que hay, tantas formas, texturas, colores, tendencias, técnicas, sobre todo, técnicas… Me emociona hablar de esto. Me emociona porque nada es fácil, pero mejorar siempre, ser “el pionero del maquillaje de efectos” lo vale. (Fue en la entrevista de El Comercio, donde me hicieron presente eso.)
Estas sesiones de backstage son autogestionadas, porque tienen como finalidad mostrar parte de mi trabajo en el taller. Es por eso que en Facebook solo están los detrás de cámara. Eso me permite llevar a cada lugar que voy, algo distinto. Siempre, en cada presentación, un Arnold distinto.
En el taller que di en la San Martín, los alumnos que faltaron al día uno, ya no lo recuperaron el día dos. De este modo, al terminar, en ambas fechas presenté cosas distintas, para lograr un mejor intercambio de ideas.
Y así es como se resumen casi dos años de mi vida. Sí, hubo gente que no creía en mí, y te lo digo así, porque las recuerdo en este momento… pero me prometí que les demostraría todo lo contrario. Lo estoy logrando y lo que viene es… ya ahora solo la muerte me puede parar. Nada más. Tengo mucha energía, fuerza, pasión... Me emociono mucho al hablar con ustedes en cada entrevista. Porque quiero que aprendan, que maquillaje no es solo brocha y lápiz labial.
Y tiene razón. Como ya dijo para entrevistas anteriores “Pasión es crear un personaje”
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